Delta-8 se llevó las oportunidades, los planes y el futuro de nuestro hijo

Posted on mayo 7, 2024 View all news

Antes de utilizar Delta-8, mi hijo era atlético y destacaba en los estudios. Asistió a un colegio privado excepto del 4º al 8º curso, durante los cuales asistió a un colegio público pero estuvo en clases de honor en secundaria y bachillerato. Empezó la universidad en 2017/2018, cursando una licenciatura en marketing en la UNCC, y empezó a fumar Delta-8 ese mismo año.

En 2019, abandonó la universidad, trabajó a tiempo parcial y empezó a dedicar toda su energía y tiempo a crear una aplicación de noticias y a dibujar y pintar. También creó una organización sin ánimo de lucro para vender sus obras de arte y comprar material escolar para niños desfavorecidos.

Empezamos a notar que se aislaba y evitaba a los amigos y a la familia, y que su higiene empeoraba. No pudo mantener un trabajo y se mudó a casa en 2020. Empezó a mostrar signos de depresión y ansiedad y, en 2021, empezó a mostrar signos de manía; dormía muy poco, era extraordinariamente enérgico y se mostraba grandilocuente sobre sus obras de arte y sus habilidades. Era autodestructivo, mostraba signos de agresividad y le irritaba estar cerca de la gente, incluidos nosotros.

Mientras seguía fumando Delta-8, aumentaba su comportamiento delirante, comparándose a sí mismo y a sus talentos con los de los famosos. Era incapaz de establecer contacto visual con nosotros y se mostraba retraído. Empezó a robar material artístico, a destrozar edificios abandonados y a colgar sus obras en bares. No dejaba su nombre en sus obras de arte porque quería ser un artista siniestro, pero estaba convencido de algún modo de que alcanzaría el estrellato.

Entró en psicosis en 2022, dos veces en mayo y luego en junio, tras consumir Delta-8. Estuvo internado dos veces en un hospital tras agredir a su padre y luego a mí, su madre. Nos llamaba por nuestro nombre y apellido, diciendo que no podía llamarnos mamá y papá. Se desnudó mientras estuvo en el hospital y en casa, diciendo que tenía que estar en paz. Estuvo hospitalizado dos meses.

Siguió teniendo episodios psicóticos menos graves hasta el otoño y luego cayó en una profunda depresión hasta la primavera de 2023.

Lleva sobrio desde el 6/2022, pero sigue sin sentirse cómodo con la gente y le cuesta establecer contacto visual con cualquiera. No puede trabajar y dedica 7-8 horas al día a sus obras de arte. Le sigue costando asearse e higienizarse, cuidar de sí mismo y gestionar sus finanzas. Puede volver a conducir e ir al gimnasio todos los días. Se hace sus propias comidas, excepto la cena. Cobra el SSDI y Medicare. Somos sus cuidadores y nos ocupamos de su rutina diaria.

Quiero que se prohíba el Delta-8 para evitar que otras familias sufran la pesadilla que nosotros hemos padecido. Nos arrebató a nuestro hijo, sus oportunidades, sus planes y su futuro. No estamos seguros de si tendrá un trabajo o una familia propia. Por favor, no permitas que se comercialice y venda esta droga.

Sobrina S.

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