Nuestra misión
Every Brain Matters (EBM) es una organización sin ánimo de lucro fundada por Aubree Adams, que presenció personalmente los efectos devastadores de la normalización y comercialización de la marihuana con su propia familia y comunidad. La EBM rechaza la falsa narrativa de que la legalización de la marihuana es una expresión inofensiva de la libertad personal y una solución a la crisis de las drogas.
Basándose en la investigación científica y en experiencias de la vida real, EBM educa en que el THC es una sustancia adictiva y nociva que provoca enfermedades mentales y físicas capaces de destruir vidas y comunidades.
EBM se esfuerza por concienciar sobre los peligros del THC mediante la educación, la defensa y el apoyo compasivo para proteger la salud y la seguridad de las generaciones futuras y garantizar que nadie se enfrente solo a esta lucha.
*Las palabras marihuana y cannabis se utilizan indistintamente en este sitio web.
Puntos clave:
- La política sobre la marihuana debe guiarse por pruebas científicas. Las políticas sobre drogas deben basarse en investigaciones acreditadas y no en motivos lucrativos que promuevan el consumo de drogas.
- La estrategia de reducción de daños más eficaz es la prevención del consumo de drogas. Mantener la ilegalidad de las drogas y proporcionar educación ayuda a disminuir la demanda y el consumo. Aumentar la accesibilidad conduce a mayores tasas de consumo.
- El consumo de marihuana no sólo afecta al consumidor. Perjudica a personas inocentes, como las víctimas de la conducción bajo los efectos de las drogas, las que sufren abandono o maltrato infantil, así como las expuestas al humo de segunda mano y a la ingestión accidental.
- La legalización de la marihuana está contribuyendo a una creciente crisis de enfermedades mentales y adicciones. Actualmente, carecemos de los recursos necesarios para prevenir, gestionar o recuperarnos de problemas como el trastorno por consumo de cannabis, la psicosis inducida por el cannabis y el síndrome de hiperémesis cannabinoide. La marihuana se ha identificado como factor causal o de riesgo en problemas relacionados con la adicción y las enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la falta de vivienda y la violencia.
- Las políticas reguladoras estatales sobre la marihuana han demostrado su ineficacia. La FDA, y no los legisladores estatales, es la responsable de aprobar los medicamentos. La seguridad de los productos estatales de marihuana sigue sin verificarse.
- El mercado ilegal de marihuana se ha ampliado considerablemente debido a la legalización del cannabis.
- La producción de marihuana plantea importantes retos medioambientales que dificultan la gestión responsable de nuestro planeta. Los cultivadores desvían cursos de agua, agotan nuestro suministro de agua y sobrecargan la red eléctrica y otros recursos energéticos. En los estados donde la marihuana es legal, especialmente en terrenos federales, las operaciones de cultivo están provocando deforestación, el uso de pesticidas y rodenticidas prohibidos, la destrucción de la vida salvaje y el agotamiento de los recursos naturales, todo ello sin la debida rendición de cuentas.
- La expansión de la venta de marihuana conlleva costes generalizados y perjuicios sociales, que repercuten en nuestra vida cotidiana. Contribuye a elevar las tarifas de los seguros de automóvil y de enfermedad, aumenta el número de personas sin hogar, incrementa el gasto público (impuestos), aumenta los gastos de sanidad pública, disminuye la productividad, alimenta la delincuencia y la violencia, reduce las oportunidades potenciales, aumenta los costes de seguridad en el lugar de trabajo e incrementa los gastos de las empresas y de la vivienda.
- El consumo de marihuana no es seguro durante el embarazo ni para los menores de 25 años. Se sabe que la marihuana es perjudicial para el cerebro en desarrollo.
- No hay pruebas de que la marihuana de alta potencia (10 mg de THC o más) sea segura para el consumo en adultos. Las tasas de síndrome de hiperémesis cannabinoide, psicosis inducida por el cannabis y trastorno por consumo de cannabis van en aumento.
- Los productos intoxicantes del cáñamo, legalizados mediante una laguna en la Ley Agraria de 2018, deben prohibirse.
Soluciones
- Destinar fondos a campañas educativas que informen al público sobre los riesgos reales asociados al consumo de marihuana, incluidos los posibles vínculos con comportamientos violentos.
- Prohibir los anuncios que promocionen los productos de la marihuana como seguros o medicinales, especialmente los dirigidos a atraer a los jóvenes.
- Prohibir los comestibles o productos con infusión de THC que se parezcan a alimentos cotidianos y caramelos, que pueden atraer a los consumidores jóvenes.
- Eliminar los agentes aromatizantes de los productos de vapeo para garantizar que los consumidores puedan saborear la toxicidad real de los productos de marihuana.
- Proporcionar centros de desintoxicación a largo plazo y opciones de tratamiento cubiertos por el seguro o financiados por el estado, creando un entorno seguro para las personas que se recuperan de los efectos adversos de la marihuana, incluidas las que experimentan un comportamiento irracional y anosognosia.
- Oponerse a las políticas o iniciativas que promueven el consumo de drogas, abogar por una mayor regulación en los estados en los que la marihuana es legal y apoyar las iniciativas centradas en la prevención del consumo de drogas y la salud mental y en los esfuerzos de recuperación.
