Nuestra misión
Every Brain Matters es una comunidad sin ánimo de lucro creada por familias afectadas negativamente por la marihuana industrializada. Somos un recurso educativo de confianza basado en la ciencia y la experiencia personal.
La comunidad Cada Cerebro Importa ofrece recursos de recuperación familiarincluyendo reuniones de apoyo, para ayudar a las personas a hacer frente al consumo nocivo de cannabis por parte de sus seres queridos. Nosotros
Puntos clave:
- La política sobre la marihuana debe guiarse por pruebas científicas. Las políticas sobre drogas deben basarse en investigaciones acreditadas y no en motivos lucrativos que promuevan el consumo de drogas.
- La estrategia de reducción de daños más eficaz es la prevención del consumo de drogas. Mantener la ilegalidad de las drogas y proporcionar educación ayuda a disminuir la demanda y el consumo. Aumentar la accesibilidad conduce a mayores tasas de consumo.
- El consumo de marihuana no sólo afecta al consumidor. Perjudica a personas inocentes, como las víctimas de la conducción bajo los efectos de las drogas, las que sufren abandono o maltrato infantil, así como las expuestas al humo de segunda mano y a la ingestión accidental.
- La legalización de la marihuana está contribuyendo a una creciente crisis de enfermedades mentales y adicciones. Actualmente, carecemos de los recursos necesarios para prevenir, gestionar o recuperarnos de problemas como el trastorno por consumo de cannabis, la psicosis inducida por el cannabis y el síndrome de hiperémesis cannabinoide. La marihuana se ha identificado como factor causal o de riesgo en problemas relacionados con la adicción y las enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la falta de vivienda y la violencia.
- Las políticas reguladoras estatales sobre la marihuana han demostrado su ineficacia. La FDA, y no los legisladores estatales, es la responsable de aprobar los medicamentos. La seguridad de los productos estatales de marihuana sigue sin verificarse.
- El mercado ilegal de marihuana se ha ampliado considerablemente debido a la legalización del cannabis.
- La producción de marihuana plantea importantes retos medioambientales que dificultan la gestión responsable de nuestro planeta. Los cultivadores desvían cursos de agua, agotan nuestro suministro de agua y sobrecargan la red eléctrica y otros recursos energéticos. En los estados donde la marihuana es legal, especialmente en terrenos federales, las operaciones de cultivo están provocando deforestación, el uso de pesticidas y rodenticidas prohibidos, la destrucción de la vida salvaje y el agotamiento de los recursos naturales, todo ello sin la debida rendición de cuentas.
- La expansión de la venta de marihuana conlleva costes generalizados y perjuicios sociales, que repercuten en nuestra vida cotidiana. Contribuye a elevar las tarifas de los seguros de automóvil y de enfermedad, aumenta el número de personas sin hogar, incrementa el gasto público (impuestos), aumenta los gastos de sanidad pública, disminuye la productividad, alimenta la delincuencia y la violencia, reduce las oportunidades potenciales, aumenta los costes de seguridad en el lugar de trabajo e incrementa los gastos de las empresas y de la vivienda.
- El consumo de marihuana no es seguro durante el embarazo ni para los menores de 25 años. Se sabe que la marihuana es perjudicial para el cerebro en desarrollo.
- No hay pruebas de que la marihuana de alta potencia (10 mg de THC o más) sea segura para el consumo en adultos. Las tasas de síndrome de hiperémesis cannabinoide, psicosis inducida por el cannabis y trastorno por consumo de cannabis van en aumento.
- Los productos intoxicantes del cáñamo, legalizados mediante una laguna en la Ley Agraria de 2018, deben prohibirse.
Soluciones
- Destinar fondos a campañas educativas que informen al público sobre los riesgos reales asociados al consumo de marihuana, incluidos los posibles vínculos con comportamientos violentos.
- Prohibir los anuncios que promocionen los productos de la marihuana como seguros o medicinales, especialmente los dirigidos a atraer a los jóvenes.
- Prohibir los comestibles o productos con infusión de THC que se parezcan a alimentos cotidianos y caramelos, que pueden atraer a los consumidores jóvenes.
- Eliminar los agentes aromatizantes de los productos de vapeo para garantizar que los consumidores puedan saborear la toxicidad real de los productos de marihuana.
- Proporcionar centros de desintoxicación a largo plazo y opciones de tratamiento cubiertos por el seguro o financiados por el estado, creando un entorno seguro para las personas que se recuperan de los efectos adversos de la marihuana, incluidas las que experimentan un comportamiento irracional y anosognosia.
- Oponerse a las políticas o iniciativas que promueven el consumo de drogas, abogar por una mayor regulación en los estados en los que la marihuana es legal y apoyar las iniciativas centradas en la prevención del consumo de drogas y la salud mental y en los esfuerzos de recuperación.
