Posted on septiembre 26, 2022 View all news
Mi marido de 68 años, 32 años y padre de nuestros tres maravillosos hijos, entró en una psicosis cannábica experimentando delirios el 7 de enero de 2021.
En 1969, a la edad de 14 años, se convirtió en consumidor de marihuana para hacer frente al divorcio de sus padres. En 2010, y sin dejar de consumirla, empezó a vaporizar aceite de THC de alta potencia y a comer comestibles. Se volvía paranoico cuando consumía demasiado. Normalmente, los síntomas remitían en 24-36 horas.
Sin embargo, no fue así tras un viaje de una semana a Vail, Colorado, para el Año Nuevo 2021. Consumió muchos comestibles y vaporizó aceite de THC de alta potencia durante todo el viaje. El 7 de enero de 2021, cambió para siempre delante de mí.
Esta droga no sólo destruyó a mi marido, sino también nuestro matrimonio, y destrozó a nuestra familia. No se tomaron en serio sus primeras señales de alarma y siguió consumiéndola porque nos dijeron y creímos que era «segura». No teníamos ni idea de las consecuencias que tendría en última instancia. Si lo hubiéramos sabido, creo que habría dejado de consumirla o, al menos, habría sido capaz de tomar decisiones informadas basadas en hechos, no en falsas suposiciones.
Esto no puede ocurrirle nunca a otra familia. Perdí a un marido, a un padre, a un amigo, a un líder empresarial y a una persona que antes era feliz y divertida, por culpa de esta droga, porque nos mintieron. La ignorancia no nos protegió. No es cuestión de si alguien entrará en una psicosis por Cannabis, es cuestión de cuándo.
Hay que concienciar a la gente de los riesgos asociados al consumo de esta droga y de los signos de psicosis. Existe una ventana de oportunidad para buscar ayuda si los síntomas persisten. Si al cabo de un mes siguen con la psicosis, deben buscar ayuda inmediatamente. Si después de 6 meses se ignora su estado, será muy difícil de tratar, y su estado podría avanzar hasta la esquizofrenia.
A mi marido ya se le ha pasado la oportunidad. Cuando pedía ayuda a gritos, me encontré con una gran resistencia, porque nadie había oído hablar de la psicosis cannábica. Y muy poca gente sabía que mi marido consumía cannabis. Hoy en día es muy fácil ocultarlo.
Se trata de un problema real que sólo va a empeorar si no empezamos a educar al público. Para los que nos hemos visto perjudicados por este nuevo cannabis de alta potencia, pedimos un etiquetado adecuado en TODOS los productos y que se informe a la gente de los peligros, para que puedan tomar decisiones con conocimiento de causa sobre si quieren o no consumir esta droga.
Mi marido forma parte de la tragedia de la zona cero que está arrasando el país. Permitimos que se educara al público sobre cómo afecta la marihuana de alta potencia a todos los cerebros, desde el prenatal hasta el de las personas mayores. Nuestras vidas han cambiado para siempre. Tenemos la responsabilidad de proteger a las personas y a sus familias. Por favor, no hagáis la vista gorda.
Ellie Thomas
