Posted on enero 16, 2024 View all news
La espiritualidad y la recuperación van realmente de la mano en mi caso. Empecé mi viaje con una experiencia espiritual. Después de beber y drogarme durante mucho tiempo en aislamiento, empecé a rezar y meditar. Me sobrevino una experiencia que me hizo darme cuenta de que realmente existe un poder mayor que yo en este planeta.
Poco después, me encontré en un centro de rehabilitación que ofrecía un programa llamado espiritualidad. Era muy parecido a la iglesia, pero yo prescindía de los aspectos religiosos y me centraba en cómo sentía que se movía el espíritu. Mientras escuchábamos la música allí dentro, se me saltaban las lágrimas y sentía que todo iba a salir bien.
Tras marcharme, continué mi viaje espiritual. Poco a poco, se fue ampliando y profundizando. Tuve contratiempos en el camino, en los que dejé de rezar y meditar. Siempre volvía a ello, porque sabía que me ayudaba de alguna manera, aunque fuera sutil.
Hoy es una parte importante de mi vida. Rezar regularmente por mí y por las personas que me han ayudado a lo largo del camino. Pienso en ello así Mi mejor forma de pensar me metió en las drogas y el alcohol. Mi mejor pensamiento decía que estaba bien consumir drogas y alcohol de forma adictiva. Así que tal vez haya algo más grande que mi forma de pensar, y quiere que hoy esté sobrio para vivir una vida mejor y, con suerte, ayudar a otros en el camino.
El segundo paso del programa de recuperación de 12 pasos es «Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podía devolvernos la cordura». Bueno, al principio yo no creía que necesitara que me devolvieran la cordura. Pensaba que mis padres o mis amigos, que denunciaban mi consumo de drogas, necesitaban que se les devolviera la cordura. Pensaba que yo no tenía ningún problema.
Pero ahora lo veo de otra manera. No habría consumido drogas y tenido todos esos pensamientos locos ni habría acabado en un psiquiátrico si estuviera cuerda. La gente normal no acaba en hospitales psiquiátricos.
Hoy doy gracias a Dios por la claridad de lo que pasé. Hubo momentos en los que no tenía claridad, pensaba que los demás eran el problema. La gente que me ayudaba no me ayudaba de la manera correcta. Iba a resolver la vida sola. Pero hoy vuelvo a la oración y a la meditación, sabiendo que no puedo hacerlo sola.
Espiritualidad es también conectar con mis semejantes. Ir y pedir ayuda cuando estoy en un bache. Todavía hoy me meto en baches, incluso con 2 años de sobriedad. Así es la vida. La vida sucede y nos enfrentamos a retos y pruebas todos los días. Pero hay un nuevo nivel de esperanza que mantengo cerca. Este nivel de esperanza me permite afrontar los retos con gracia. La gracia de afrontar los retos de frente y no dejar que me superen. Éste es un poder desconocido para mí hace unos años.
De todos modos, si luchas con la espiritualidad de todo ello, te recomiendo que mantengas la mente abierta. Quizá te sorprenda la lógica de creer en lugar de no creer.
K., joven adulto
Leer más sobre La recuperación de K de la psicosis por cannabis
